Proyecto VineRobot, un vehículo que mejorará la gestión de los viñedos

Un vehículo que posee sensores que tienen la capacidad de obtener, recopilar y transmitir información acerca del estado de los viñedos. Parece algo sencillo, pero en realidad todavía es un proyecto que está desarrollando la Universidad de La Rioja con la colaboración de otros dos campus y de diversas empresas europeas, y que ha sido bautizado como Proyecto VineRobot.

Con VineRobot se pretende diseñar y desarrollar un robot que apoye y facilite ciertas labores propias de la viticultura. Para lograrlo, se ha combinado la labor que ejerce un vehículo terrestre no tripulado con las más avanzadas tecnologías, capaces de obtener y transmitir información de manera rápida y fiable acerca del estado del viñedo, su humedad, la producción que se prevé, la composición del fruto o el desarrollo vegetativo entre otros aspectos.

Este proyecto, que está financiado con más de dos millones de euros procedentes de la Unión Europea, está coordinado por Javier Tardáguila, profesor de viticultura de la Universidad de La Rioja, y tiene la peculiaridad de ser el primero de I+D+I liderado en Europa liderado por esta institución docente.

Tecnología y viticultura

El Proyecto VineRobot constituye todo un reto tecnológico para la viticultura, ya que contribuirá a mejorar y facilitar la toma de decisiones relacionadas con la gestión del viñedo al viticultor.

En declaraciones a diversos medios de comunicación de La Rioja, Javier Tardáguila ha señalado que este proyecto de I+D+I supone “un gran avance en la robótica en viticultura y en la aplicación de sensores no invasivos de detección próxima avanzada”, y ha añadido que este es “un proyecto de vanguardia tecnológica al servicio de la viticultura” que permitirá que un viticultor tenga en su dispositivo móvil un mapa de la situación del viñedo y reciba alertas que le servirán para tomar decisiones.

El color de la uva o su cantidad de azúcar son algunos de los datos que aportará este robot sin necesidad de tocar el viñedo, arrancar la cepa ni llevarla al laboratorio, lo que supondrá, según el coordinador del proyecto, toda una revolución en los próximos años, ya que mejorará la calidad de la uva, y por tanto también del vino.