Un equipo formado por jóvenes sin tradición vinícola, que no cuentan con horarios de oficina fija y que no son empresarios, han sido los creadores de un producto nuevo e innovador que ha venido para revolucionar el sector del vino. Después de dos años de investigación y la ayuda de dos organismos de tecnología alimentaria, estos emprendedores españoles han conseguido crear y comercializar Gïk, el primer vino azul.
Este vino cuenta con un sabor dulce y un característico color azul índigo, sus impulsores lo definen como muy suave y apto para cualquier paladar. Los creadores afirman que este novedosos vino no se adapta al gusto de expertos catadores ni entendidos de este sector, sino que está hecho para las personas normales: es dulce y fácil de bebe, con un sabor accesible a todos.
Materia Prima
Con respecto a su elaboración, gracias a la flexibilidad que ofrece utilizar un proceso que cambia el color y el sabor, este vino azul se produce y se embotella en diferentes bodegas y utiliza distintos tipos de uva, incluso mezclando tintas y blancas, por lo que carece de Denominación de Origen.
Para comercializar este vino se ha decidido utilizar la bodega más grande el mundo, es decir el ámbito de Internet. Detrás de la marca se esconde un concepto nuevo, una nueva manera de hacer las cosas que sus creadores defienden que Gïk no es un vino azul, sino la representación de lo que más los mueve: la rebeldía creadora. Por esta razón, uno de los propósitos de la marca es ayudar a que todas las personas creen e innoven en cualquier disciplina.
El proceso de innovación no acaba aquí, gracias al heladero gaditano Carlos Sancho, el mundo de la gastronomía ya cuenta con el primer helado de vino azul. La heladería gaditana Per Piacere ha desarrollado un nuevo sabor a partir de esta bebida: un helado dulce, con toda la esencia de Gïk y de un llamativo color azul.
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