Las moscas blancas son una de las principales plagas de las plantas frescas de Estados Unidos. Si no se logran controlar a tiempo estas andan en busca de savia en la parte inferior de las hojas de las plantas. La consecuencia es que las hojas se enrosquen, o se tornen amarillas o se caigan. La alimentación de las moscas blancas lleva a una maduración desigual del fruto. Y también facilita la propagación de enfermedades virales que hacen a las plantas crecer más débilmente.

El mercado de tomates frescos de Estados Unidos está valorado en unos $721 millones de dólares. Por lo cual el control de las moscas blancas era un procedimiento muy importante. Pero lamentablemente el proceso de monitoreo era lento. Se debían capturar en trampas adhesivas o verificar un número umbral de las plagas encontradas por hoja provenientes de una muestra.

Por lo que científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) ponderaron la posibilidad de lograr que las plantas nos adviertan. Así se llegó a la creación de la ‘E-Nose’. Un dispositivo que funciona detectando una mezcla de productos químicos conocidos como compuestos orgánicos volátiles (COV). Es común que los tomates liberen este cóctel de químicos al aire cuando están siendo atacados por las moscas blancas.

Normalmente en la naturaleza esta liberación funciona de manera para alertar a otras plantas. Pues entonces el propósito del E-Nose es que cumpla la misma función alertando a los productores. Para luego poder utilizar algún agente de control biológico o regular el uso de insecticida.

Como el E-Nose detecta a las moscas blancas

El E-Nose tiene el tamaño de una caja de zapatos y busca emular al olfato de los mamíferos. Esto en conjunto con la capacidad de reconocimiento de ciertos olores que tiene el cerebro. La manera en la cual logra emular nuestro sentido olfativo es mediante sensores de gas, módulos de toma de datos y otros elementos.

Utilizando componentes electrónicos el E-Nose logra captar los COV presentes en el aire en señales digitales. Estas son analizadas por un algoritmo matemático programado para reconocer ‘huellas dactilares olfativas’ que los tomates emiten al ser atacados.

En las pruebas que se llevaron a cabo el E-Nose logró diferenciar entre los distintos COV que liberaban los tomates. Una planta estaba infestada con moscas blancas, otra estaba sana, y a otra se le perforaron las hojas con un alfiler. Esta información la representa en una pantalla LED con líneas de diferentes colores para facilitar la diferenciación.

Con mayor desarrollo e investigación el E-Nose podría ser una herramienta determinante para los productores agrícolas. Permitiéndoles mayor control sobre cuándo, dónde y cómo controlar las plagas. De este modo evitando llegar al punto que vería repercusiones a nivel económico. Y además de moscas blancas también podría detectar otras plagas como los pulgones y otras infestaciones de invernaderos.

Se especula que a futuro el E-Nose podría convertirse en un dispositivo portátil para facilitar la toma de muestra individuales por los productores. Asimismo, podría ser un sistema de red en la nube con varios sensores colocados en el invernadero. De modo tal que la toma de muestras sería automatizada y constante a lo largo de las 24 horas el día. Con suficiente inversión esto podría realmente ser una revolución del ámbito agrícola.

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