AgroIA, promueve el uso de la inteligencia artificial en la industria hortofrutícola chilena.

La historia comenzó cuando los doctores Daniel Aguayo y Reinaldo Campos, descubrieron algo importante. Era necesario automatizar el rendimiento por cosecha.

En este contexto y con base en los conocimientos en bioinformática del grupo de investigación del Dr. El conocimiento de manejo agronómico de Aguayo y Dr no interfiere con el trabajo diario. En particular se pensó para implementarlo en un tractor.

Sobre el principal aporte de la industria hortofrutícola, Daniel Aguayo, Director de AgroIA comentó lo siguiente. “Primero, la implementación de un grupo humano con los conocimientos necesarios para desarrollar nuevas tecnologías. Se tienen que dar en la interfaz de campos normalmente distantes.

Como la tecnología de la información, la biología y agricultura. En segundo lugar, una infraestructura que permita la innovación basada en la ciencia.  Para así desarrollar soluciones personalizadas y eficientes a las necesidades del fabricante. Siempre teniendo en cuenta la necesidad de alcanzar un alto nivel de seguridad y precisión para entregar un buen producto”.

Comienzo

La investigación de la empresa se basa en el manejo masivo de datos. Por ejemplo simulaciones que permiten comprender cómo funciona una conexión con la liberación controlada de hormonas en la postcosecha. O imágenes para mostrar la firmeza del fruto con su fenotipo en una escala microscópica.

“Nuestra ciencia se basa en métodos de inteligencia artificial. Por lo que implementar estos algoritmos en nuevas tareas es rápido. Ya que contamos con las personas adecuadas para hablar con los diversos actores durante el desarrollo”. 

En cuanto al punto de partida de AgroIA, se inició la recolección de datos. Ademas de la creación de la denominada base de datos. En su caso consistió en diferentes imágenes de grupos de uvas de diferentes variedades y manejo agronómico.

Daniel Aguayo dijo: “Con estos datos hemos creado un prototipo de máquina inteligente para reconocer Clusters. Luego, contamos con el apoyo de Fedefruta, Agrícola Brown, Viña La Ronciere y una empresa de robótica.  Solicitamos fondos para mejorar nuestro prototipo. Al que llamamos AgroIA, y en 2019 nos adjudicamos un proyecto FONDEF-IdeA».

“Esto nos ha permitido mejorar el acceso a la tecnología y los puntos de muestreo. Además de capacitarnos en lo necesario para comprender nuestro problema. Luego de un largo proceso logramos que nuestro algoritmo, BAKO, fuera lo suficientemente preciso. Para así superar lo que hace la gente cuando cuenta una hilera de cepas en el huerto ”, explica el experto.

Utilidad

La inteligencia artificial surge de la necesidad de poder utilizar las redes de manera abstracta. Pero luego de aprender el comportamiento de los objetos, posibilita el desarrollo de Tareas.

Aguayo declaro lo siguiente. «Cuando seleccionamos una fruta, nuestro cerebro activa una red neuronal para elegir la mejor. Al igual que una red de neuronas digitales aprende a distinguir una uva de una hoja». 

La inteligencia artificial tiene, por tanto, varias ventajas para la industria hortofrutícola. Según el especialista, “al programar una máquina digital de tal forma que tome decisiones abre serie de posibilidades”. 

“Hoy podemos capacitar a las máquinas para que aprendan de los datos. Ademas que tomen decisiones que luego serán tomadas por otras máquinas. La industria permite un tratamiento menos invasivo de la fruta, mejorando así la salud y la calidad. La transformación digital abre un mundo lleno de posibilidades, es la revolución 4.0 ”, aseguró Aguayo.

Nuevos retos para AgroIA

La innovación es uno de los pilares de AgroIA. La disciplina del grupo de investigación se aplica en diferentes áreas. Dentro del agro, se trabaja en la expansión de nuevas especies. También en la robotización de más tareas y la adquisición de datos relevantes para el agricultor. Entre ellas la detección de enfermedades.

Daniel Aguayo declaro al respecto. “En otras áreas de la bioinformática también trabajamos con la optimización de enzimas. Además de el diseño de principios activos y el análisis biológico molecular, incluso con proyectos con astrobiología. Por todo ello, una formación científica innovadora siempre es elemental para nosotros. Actualmente estamos en proceso de recibir documentos para el doctorado UNAB en bioinformática y biología de sistemas.

En cuanto a los desafíos, la empresa recibió el proyecto FONDEF «una idea que nos permitió adaptar los algoritmos.  Para ello tenemos previsto postular a la segunda etapa del FONDEF. También buscar inversores que nos permitan desarrollar AgroIA y sus tecnologías para la industria agrícola. Para ello necesitamos empresas interesadas en nuestro proyecto para la industria agrícola.

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