Fidaldefila ha aprobado el impuesto que grava de forma específica a los refrescos y a las bebidas azucaradas. No es la primera ciudad que lo aplica, ya que con anterioridad Berkeley aprobó un impuesto similar, sin embargo es la primera gran ciudad de Estados Unidos que decide imponer un impuesto específico a este tipo de productos. En este sentido, esta decisión puede sentar precedente y provoque un efecto contagio con otras grandes ciudades.

Para el alcalde de la ciudad el amor fraterno, Jim Kenney, se trata de un auténtico hito histórico que es la primera vez que se consigue llevar a cabo una empresa de este nivel en una ciudad del tamaño de Filadelfia. Sin embargo el 1,5 centavo de dólar con el que se grava este tipo de bebidas no parece que pueda tener el efecto deseado para el alcalde, ya que no es un aumento significativo y los usuario podrán adquirir sus productos sin ningún tipo de problema.

Desde un primer momento se informó a los usuarios que este impuesto tiene una intención recaudatoria, se estima unos 91 millones de dólares para el año próximo con el que se pretenden mejorar las instalaciones de los jardines de infancia y propuestas similares.  En ningún momento se ha hablado de una iniciativa para la mejora de la alimentación o la lucha contra el sobrepeso.

¿Realmente será efectivo para disminuir el consumo?

Con un gravamen tan bajo el usuario no tendrá una carga prohibitiva a la hora de adquirir sus bebidas favoritas. Para que una medida de este tipo redujera el consumo tendría que tener un gravamen mayor, de esta forma la inversión del usuario sería significativo y empezaría a pensar en otras alternativas mucho más económicas.

Otro de los principales problemas que tiene este impuesto, que entrará en vigor el 1 de enero del año 2017, es que las empresas pueden asumir parte del gravamen para que la subida en el precio casi no se note y no permite una reducción en el consumo.  De nuevo las medidas contra las bebidas azucaradas se quedan en un quiero y no puedo por parte de las autoridades locales que sólo se limitan a informar a la comunidad de sus riesgos.

Las compañías en pie de Guerra

Por su parte, las compañías de bebidas de este tipo informan que este tipo de impuesto demoniza de forma injusta a las bebidas y a los refrescos, ya que en el mercado se pueden encontrar una gran cantidad de productos responsables del sobrepeso y de la obesidad de la población. Incluso han informado que este impuesto viola la constitución del Estado de Pensilvania y que emprenderán medidas legales contra el consistorio.

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