El consumidor actual no sólo está más informado y más preocupado por llevar unos hábitos de vida saludables, sostenibles y solidarios, sino que además es un consumidor mucho más exigente que su predecesor. Estas son algunas de las conclusiones que ha alcanzado ‘El nuevo perfil del consumidor’, un estudio elaborado por cinco asociaciones de consumidores en colaboración con Mercadona.
Los cambios en la situación económica de los hogares y otro tipo de factores han provocado el nacimiento de un nuevo tipo de consumidor medio durante la última década. Se trata de un consumidor que está más dispuesto que nunca a buscar lo que necesita, que se informa, que ha aprendido a comprar de manera más racional. Este último dato implica que, a pesar de que el precio continúa siendo uno de los factores determinantes, la calidad y la seguridad alimentaria de los productos también lo son.
Lo saludable marca tendencia
‘El nuevo perfil del consumidor’ también viene a respaldar otro tipo de informes que señalan que una de las tendencias más relevantes hacia las que gira el consumidor actual es aquella que se basa en la demanda de productos sostenibles con el medio ambiente y saludables. Los consumidores actuales quieren productos que eviten el desperdicio alimentario y que además hayan sido fabricados por empresas cuya responsabilidad social corporativa haya sido reconocida de manera pública.
En cuanto a la calidad de los productos, una gran parte de la población española muestra una preocupación considerable por llevar una dieta sana, aunque menos de la mitad reconoce que la practica.
La era de la información
Según se desprende del informe, el futuro para el sector de la alimentación y bebidas se presenta con cambios en el modelo agroalimentario, un modelo que tendrá que ser más sostenible y responder de manera adecuada a las demandas cuantitativas y cualitativas de toda la población mundial.
La información es otro de los pilares que condicionará el consumo futuro; los primeros años del siglo XXI se caracterizan por ser los años de Internet, de las redes sociales y de las tecnologías inteligentes. En este sentido los e-commerce adquirirán todavía más protagonismo del que tienen, dada la necesidad del consumidor de reducir el tiempo en los procesos de consumo. Plataformas como las redes sociales se convertirán en imprescindibles durante la próxima década para el funcionamiento de los mercados.
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