Un vino realizado con cannabis sativa L, que además dispone del certificado ecológico, estará presente este año por vez primera en la Feria Nacional del Vino (FENAVIN 2017) que se celebrará en Ciudad Real del 9 al 11 de mayo próximo. Sus elaboradores defienden una experiencia enológica diferente, todo ello siempre dentro de la legalidad.

La idea surgió en el año 2010 de casualidad, fruto de una broma, al unir dos mundos muy diferentes pero a la vez tan parecidos como el del vino y el del cannabis. Jeremy Saylos es el gerente de Canawine, una empresa joven que dispone ya de quince puntos de distribución. Su producto fruto de la innovación estará presente en FENAVIN 2017 con la intención de abrirse mercado con aquellas empresas que quieran apostar por este tipo de producto.

El gerente de esta empresa confiesa que ha sido años duros de investigación y desarrollo en el que se realizaron diferentes pruebas para conocer los efectos, sabores, olores y las texturas que maridaban con este particular vino. Uno de los puntos de inflexión a la hora de lanzar este producto fue el estudio de mercado del año 2013 en el que se pudo apreciar que existía una verdadero nicho de mercado.

Dos vinos

En el año 2016 lanzaron al mercado su primera cosecha. Canawine presenta ante los usuarios dos productos: en primer lugar se presenta un vino tinto coupage de cariñena y garnacha, en segundo lugar se facilita un blanco de macabeo y garnacha; los dos vinos se encuentras elaborados con uvas de calidad y cannabis sativa L con certificado ecológico.

Cannawine presenta dos vinos que transmiten una frescura joven con una gran calidad, en la actualidad el enólogo de la compañía, Pau Albóns, se encuentra trabajando para facilitar a los usuarios una línea de vinos con más cuerpo. Esta serie de productos está orientado a todos aquello usuarios que buscan disfrutar y sentir un efecto, olor, sabor y una textura muy diferente a lo que ofrece el mercado del vino en la actualidad.

Un producto diferente

Según explican los propios creados, Cannawine es un vino diferente a cualquier otro que se pueda encontrar en el mercado. Su composición lo convierte en un producto único capaz de contener, en una sola botella, tanto las capacidades medicinales que de por sí aporta el vino como las propiedades del cannabis sativa L.

La combinación del vino con los cannabinoides no psicoactivos como el CBD, junto a otros 86 más, permite degustar un buen sabor, olor, cuerpo y gusto, a la vez que se disfrutan de las cualidades terapéuticas del CBD o cannabidiol, cualidades que se suman al efecto relajante, antiestrés, alegre y eufórico del vino.

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