“Comida para dioses” es el nombre latino que recibe el cacao, cuya semilla era tratada como moneda de cambio por los Aztecas. El hecho no pasó desapercibido para Hernán Cortés, que por 1519 había desembarcado en Mexico. Por esta razón, el explorador envió a España estas semillas y así nació el chocolate. Fue a partir de 1585 cuando comenzó a desarrollarse el tráfico de este alimento, aunque sin consistencia ni el sabor con el que se le conoce actualmente. Por el contrario, se trataba de un sabor agrio y fuerte para muchos, lo que provocó el rechazo de los españoles. Seguro no imaginaban que hoy representa el placer para la mayoría de los paladares.

El éxito del chocolate suizo

La reconocida calidad del chocolate suizo proviene del descubrimiento del “chocolat fondant” que hizo la prestigiosa marca suiza Lindt. Rodolphe Lindt obtuvo una sustancia totalmente distinta a la pasta de chocolate convencional, sustancia que fue conseguida tras agitar la masa sin interrupción durante tres días y tres noches seguidas. Este proceso, conocido como proceso de conchaje, contribuyó de manera decisiva a la reputación internacional del chocolate suizo.

El chocolate con un propósito étnico y sostenible

Las diferentes marcas y compañías están demostrando que las prácticas ecológicas, en la producción del chocolate, se han convertido en una significativa tendencia y en la etiqueta del comercio justo.

La Fundación Mundial del Cacao (World Cocoa Foundation) fue creada en el año 2000 con el objetivo de promover una economía del cacao sostenible, a través del desarrollo económico y social y la conservación medioambiental en las comunidades donde se produce. La mejora en la calidad del árbol del cacao, la introducción de métodos de producción ecológica, o la formación de los niños en las comunidades productoras de cacao son solo algunas de las iniciativas que lleva a cabo la Fundación Mundial del Cacao. La organización ya ha contribuido a la formación de más de 300.000 productores de cacao en el Occidente de África, Latino América y el Sureste Asiático.

Fusión del chocolate con otros alimentos

La reputación del chocolate alcanza límites inimaginables, como se manifiesta en la emergencia de productos tradicionales, ahora elaborados con chocolate.

La empresa Sagres, en Portugal, líder en el mercado de la cerveza ya cuenta con Sagres Preta Chocolate, una cerveza con sabor a chocolate. La peculiaridad de la marca radica no solo en el producto, sino en la web como elemento promocional, partiendo del conocimiento de Víctor Nunes, maestro chocolatero portugués.

Sin embargo, otras marcas ya se habían atrevido con la idea de esta original cerveza. Es el caso de El Bolsón, en Argentina; o Sapporo en Japón.

No menos singular resulta la fusión de queso y chocolate, pero la multinacional estadounidense Kraft ya ha lanzado al mercado una nueva variedad de queso Philadelphia, elaborado con chocolate Milka. Sin duda, han sabido cómo hacer del queso para untar una merienda más atractiva para los pequeños, al incorporarle el sabor dulce.

Además, este nuevo producto también supone una forma de competir con el sector de las cremas de cacao convencionales, liderado por Nutella y Nocilla.

El codiciado dulce está en peligro de extinción

Cada año se consume en todo el mundo más cacao del que se produce, lo que está provocando que dentro de un par de décadas el chocolate se convierta en un bien escaso. El problema del cultivo de cacao radica en su escasa rentabilidad, pues sus productores apenas ganan unos céntimos de euro al día trabajando en unas durísimas condiciones. Por esta razón, no dudan en dedicar sus tierras a la plantación de otros cultivos más rentables o abandonar el campo en busca de otro trabajo en la ciudad.

Los expertos señalan que, en aproximadamente unos veinte años, el producto se convertirá en un escasísimo y carísimo alimento que solo podrá ser degustado por algunos privilegiados. Por otro lado, el proyecto de investigación del genoma de cacao patrocinado por uno de los mayores fabricantes de productos de cacao del mundo, Mars Inc., ha secuenciado el genoma del árbol de cacao, con lo que se conseguirá aumentar la producción del preciado alimento.