La disciplina publicitaria ha recorrido un largo camino hasta llegar a los albores del siglo XXI. Desde los papiros egipcios hasta los paneles publicitarios en tres dimensiones o las nuevas estrategias comerciales que brotan de una nueva disciplina llamada neuromarketing, mucho ha llovido; sin embargo, se sigue considerando a la primera mitad del siglo XX como la época dorada de la publicidad, una época en la que la radio se colaba en las vidas de cada cual, con sus historias, sus personajes, sus cuñas publicitarias y sus patrocinios. Los creativos de aquellas jóvenes empresas solían combinar aquella publicidad sonora con imágenes en dos dimensiones, con carteles que en la actualidad son considerados como auténticas piezas de coleccionista.

El mundo de la publicidad corre paralelo a todo lo que acontece en un tiempo y en un espacio determinado. La estética publicitaria cambia en función de las formas y gustos sociales, pero no siempre es así: La nostalgia debió invadir a los creadores de estos carteles que anuncian productos del siglo XXI  con una estética vintage, propia de principios del siglo XX.  Hasta el momento, el marketing y la publicidad no ha reconocido ningún tipo de límite estético.