Todas las grandes compañías priorizan la experiencia del cliente y desglosa todo el proceso de ventas para conseguir que sea lo más ágil, simple y agradable posible. Esto se consigue en todos los puntos del proceso, ya sean los visibles y también en aquellos aspectos que no son inmediatamente evidentes como la gestión de catálogo, el inventario, el envío y por supuesto el paso del pago online.

Esto permite que las relaciones con los clientes permitan un proceso de pago que es tan transparente que llega a ser prácticamente invisible. Se puede establecer que una parte del éxito de estas compañías es en parte al pago invisible que ofrecen. Aunque los clientes están obligados a proporcionar la información de pago en el momento de compra o suscripción a un servicio, este paso se olvida pronto gracias a sus cómodas experiencias de adquisición.

La buena realización de esta serie de procesos se ha convertido en un beneficio para aquellos clientes que quieren realizar compras online sin tener que preocuparse del pago, tomando conciencia de que su información bancaria se reutilizaría sin necesidad de su intervención. Como resultado surge una experiencia ágil y muy positivo que les permite a los usuarios comprar un libro sin tener que sacar la tarjeta, ir en taxi sin disponer de dinero físico, todo ello con un solo clic.

La importancia del pago

El paso del pago debería de ser imperceptible para el cliente en el momento de compra. Esto permite a las empresas que el proceso sea facilitado por un proveedor de pago que tenga la capacidad de manejar grandes volúmenes de transacción con total seguridad y sin que el usuario final tenga que pasar por innumerables trámites.

Con esta nueva tendencia son muchas las empresas que están aplicando diferentes soluciones en un intento de reducir el proceso de pago, ya sea en el ámbito online como las tiendas físicas. Lo que parece no estar claro todavía es si alguna de ellas mejora significativamente la experiencia del cliente o el proceso de pago.

En numerosas ocasiones el usuario no se siente cómodo con este tipo de procesos en algunas situaciones. Por ejemplo, los usuarios pueden tener sentimientos encontrados sobre pagar por artículos de panadería a través de una máquina. Claramente esta opción es mejor para el panadero, que no tiene que manejar dinero, sin menospreciar el aspecto higiénico, reduce el riesgo de fraude y el error en la caja registradora. Pero para el cliente, no es necesariamente un proceso más rápido, ni más agradable.

Hay veces que este tipo de operaciones no eliminan la fricción de pago, particularmente cuando se trata de esperar la fila. Además, hay cuestiones como la formación de las diferentes personas involucradas y la necesidad de obtener y mantener el equipo necesario.

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