La confianza del consumidor se ha contraído de manera leve durante los últimos meses del 2014, lo que implica una ruptura con la tendencia al alza que se había estado manteniendo durante los dos últimos años, tal y como se desprende del Estudio Global de Confianza de los Consumidores que elabora la consultora Nielsen, un informe que también señala que el 47% de los consumidores busca y compra las marcas más económicas y recorta el gasto fuera del hogar.

La situación económica pésima que Europa, y sobre todo España, viene arrastrando desde el año 2008 ha tenido consecuencias nefastas para el consumo. Según se desprende del Estudio Global de Confianza de los Consumidores de Nielsen, en la actualidad la mayoría de los hogares españoles aplican medidas de ahorro, entre las que destaca la compra de los productos de alimentación más baratos del mercado con el fin de reducir la factura del supermercado. Sin ir más lejos, esta medida la aplica el 47% del panel encuestado por Nielsen.

A pesar de ello, el gasto en productos de alimentación es el que menos preocupa a los españoles en comparación con otro tipo de gastos como el gas, la luz, la ropa o el teléfono.

El peligro del hábito

Este tipo de medidas que los consumidores utilizan para contener el gasto dentro y fuera del hogar adquieren un cariz relevante cuando comienzan a convertirse en hábitos, ya que las consecuencias para el mercado futuro podrían ser muy negativas.

En su informe, Nielsen señala que tres de cada cuatro encuestados ha cambiado su manera de consumir dentro del hogar durante el último año con el fin de ahorrar, y que seis de cada diez recortan en gastos de ocio o incluso implementan medidas de ahorro en gas y electricidad dentro de casa. Los gastos en teléfono o ropa también son víctimas de esta tendencia hacia el ahorro.

Pero el Estudio Global de Confianza de los Consumidores también afirma que esta tendencia hacia el ahorro y hacia la contención del gasto irá desvaneciéndose de manera progresiva conforme vaya mejorando la situación económica; el informe señala que sólo el 20% de los consumidores continuará comprando marcas baratas cuando la situación mejore en el futuro, una cifra ésta que se aleja bastante del 47% que lo hace ahora mismo.

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